
A unos 90 kilómetros de Toulouse en Francia, muy cerca de la frontera española próxima a Barcelona, se encuentra la ciudad fortificada más grande de Europa, Carcassonne.
Construida sobre una colina, sus murallas recorren casi 3 kilómetros de longitud, y las excavaciones revelan que esta ciudad estuvo poblada desde el siglo VI antes de Cristo hasta que fue invadida por los romanos, galos y visigodos entre otros, por lo que la ciudad en cada invasión sufrió muchas modificaciones.











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